Historia de la PORNOGRAFIA GAY en imagenes





























Una historia de la pornografía gayLa pornografía gay va desde lo clandestino, lo improvisado y penetraciones sin condón hasta lo reglamentado, el consumismo, el surgimiento de una jugosa industria del placer y los casos de actores con VIHpor David Rafael Estrada Correa[davidestradaco@hotmail.com]El término pornografía procede del griego ‘porne’ (prostituta) y ‘graphía’ (descripción). Y era utilizado en tiempos pasados para la definir “la imagen visual de una prostituta o un acto de prostitución”. Siempre tomando como referencia a una mujer como objeto de satisfacción para un hombre.A lo largo de la historia del hombre, el término pornografía ha sufrido muchas variaciones, y en la actualidad hay tantas y contradictorias definiciones, según sea el propósito de su descripción, la cual puede ir desde su exaltación y culto, hasta su rechazo y satanización.Actualmente se entiende por pornografía a “todo material comercial de carácter explícitamente sexual, cuyo objetivo es provocar excitación”, o bien, “un conjunto de materiales que muestran órganos genitales o actos sexuales reales o simulados, que se exhiben y/o contemplan con una determinada actitud que, normalmente, tiene por objeto la masturbación o, al menos, la excitación de quien busca este tipo de materiales”. La pornografía se manifiesta principalmente a través de tres medios: la literatura, el cine y la fotografía, aunque también admite representaciones a través de otros medios como la escultura, la pintura y el cómic. Todos ellos prácticamente rebasados con la aparición del Internet, en la década de los noventa.La pornografía involucra libros, revistas, vídeos y accesorios, y se ha convertido, de la década de los setenta a la fecha, en una lucrativa y poderosa industria que, tan sólo en los Estados Unidos, llega a producir entre 12 y 15 billones de dólares anuales, según cifras calculadas el año 2003.De la prohibición a la legalización Para el año de 1963, en los Estados Unidos empezó a estructurarse una auténtica industria del cine porno dispuesta a responder ante la creciente demanda de un público liberado sexualmente y que pugnaba por hacer el sexo y no ir a la guerra de Vietnam.Sin embargo, el resultado de este primer intento fue frustrante para el espectador: las primeras producciones norteamericanas de clasificación “X”, tanto gay como straight [heterosexual], evitaban los desnudos integrales, eliminaba por completo las erecciones y se basaban en el sexo simulado.No fue sino hasta 1969 que la pornografía fue legalizada en los Estados Unidos y Dinamarca, acuñando para su clasificación dos términos fundamentales: “Hard Core” o porno duro, que era cuando tenía escenas de sexo explícito, y “Soft Core” o porno blando, cuando se evitaba mostrar el contacto sexual y los miembros de las y los protagonistas.La industria porno norteamericana alcanzará el despegue inicial en marzo de 1972, con el estreno de la cinta straight “Garganta Profunda” (Deep Throat). Filmada con un presupuesto de 24 mil dólares, recaudó seis millones de dólares las primeras semanas de su exhibición en setenta ciudades de la Unión Americana, y encumbró como símbolo sexual a su protagonista, la temperamental Linda Lovelace (1949-2002). En su argumento, “Deep Throat”, en la actualidad considerada como un ícono de la pornografía mundial, narra los trastornos que una mujer sufre a causa del posicionamiento de su clítoris, hallado caprichosamente en su garganta, oportunidad de oro para que el director Gerard Damiano (1928) presentara por primera vez y sin recato alguno, primeros planos de un descomunal y atragantador sexo oral.Apabullada por el éxito inesperado de “Garganta Profunda”, a principios de los setenta la pornografía gay se encontraba paralizada. La llegada de Peter de Rome En 1973 llegó a los Estados Unidos el director inglés Peter de Rome, con una revolucionaria y explícita recopilación titulada “The Erotic Films of Peter de Rome”, la cual sacudiría desde sus cimientos a la naciente industria porno gay norteamericana. El filme, que por primera vez presentaba escenas de sexo homosexual explícito, incluía ocho cortos filmados en diferentes partes del mundo: “Double Exposure” (Fire Island, 1969); “Hot Pants” (Nueva York, 1971); “Second Coming” (Londres, Paris, Malaga y Marbella, 1970); “Daydreams from a Crosstown Bus” (Nueva York, 1972); “Prometheus” (Nueva York, 1972); “Underground” (Nueva York, 1972); “Mumbo Jumbo” (Londres y Nueva York, 1972) y “Green Thoughts” (Londres, 1971). Y la recepción fue todo un éxito.En 1974 De Rome filmaría su siguiente trabajo, distribuido ampliamente por “Hand in Hand Films Productions”, una de las primeras productoras porno gays contituidas para tal efecto. La película, “Adam & Ives”, reseñaba las aventuras sexuales de un americano en París, e incluía una escena poco convencional pero igualmente inquietante: una orgía entre hombres negros, en el interior del baño de un teatro. El filme, rodado en 8 milímetros, contaba con la participación del ex boxeador Geraldo, y de un amplio cuadro de actores que jamás alcanzaron mayor notoriedad: Michael Hardwick, Marcus Giovanni, Kirk Luna, Bill Young, Jack Deveau, Daniel Montfort, Denise Royal, Jaap Penraat, Charles Pooney, Eric Crawford, Bob Jones, Luther LeVale, Tony Skinner y Glenn Wilson.



Ese mismo año, Peter de Rome cautivaría a los circuitos neoyorkinos por la irreverencia y profundidad de sus tramas, y alcanzaría su mayor satisfacción profesional con el estreno de “The Destroying Angel”, basado en un cuento de Edgar Allan Poe. La película, estelarizada por Tim Kent y Bill Young (aka Bill Big Eld), cuenta del sufrimiento de un sacerdote que abandona sus deberes y se hunde en el mundo del sexo gay y las drogas. Toda una blasfemia para la época.


El camino por seguir estaba marcado…Poca estética y música de fondo En las primeras películas gays comerciales de la década de los setenta, el sexo era presentado como un acto mecánico y sin entusiasmo, y las producciones, generalmente de pobre presupuesto, se caracterizarán fundamentalmente por tres aspectos: 1. La poca estética de las escenas (carentes de iluminación, cero acercamientos y mucha imaginación), protagonizadas por modelos generalmente maduros, con melenas cortas y grandes bigotes y/o barba, que aparecían con el cuerpo cubierto de vello y sin maquillaje. Son ejemplos de esta característica: Jon King, Al Parker y el dúo Michael y Philip.2. La carencia de un argumento o guión que, con la debida separación y los correspondientes títulos de crédito, ofrecía al espectador tres o cuatro ‘loops’ o cortometrajes, por lo general sin una conexión entre sí. Un ejemplo de esto es “The Company We Keep” (Buckshot), que entrelaza tres historias diferentes: “Weekend action”, “Movie Van” y “Hot Splice”


Y,3. La inserción de música rítmica y fuera de lugar, que sustituirá preliberadamente los gemidos de placer de los protagonistas. Durante esta época, en gran parte por la censura imperante, los actores apenas si abrían la boca para quejarse y en ningún momento sus compañeros sexuales los estimulaban con palabras al momento de realizar el acto sexual. Son los tiempos conocidos como “precondom”, donde las penetraciones se realizaban sin protección alguna y prácticamente con saliva (todavía no se hacían comerciales los lubricantes). Tiempos gloriosos en los que las abundantes venidas sobre la boca y los rostros eran algo habitual.









Kamasutra Gay - El polémico rimming


Sin duda, una de las más controvertidas prácticas sexuales. El rimming o la "chupada de culo" tiene tantos afectos como detractores a la hora de plantearse al menos en reuniones públicas. ya que meter la lengua en el ano de la pareja es obvio que requiere de ciertas condiciones de aseo y confianza.




La posición realmente puede ser variada y el receptor simplemente tiene que dejar su ano lo más expuesto y cómodo posible para su pareja. El receptor boca arriba puede de pronto controlar más sus piernas sosteniendolas mientras el atacante le mete la lengua y a la vez puede ver perfectamente mientras se lo hacen. Otros prefieren ponerse de espalda por ser más cómodo y poder relajar más los músculos de la zona.En todo caso, una buena higiene puede ser suficiente para dejarse de cuentos y probar esa posibilidad. Como dato interesante, muchos activos que pueden odiar la penetración confiesan que el rimming sí les gusta.